Las enfermedades endémicas son aquellas enfermedades infecciosas que afectan de forma permanente, o en determinados períodos a una región. Se entiende por endémica una enfermedad que persiste durante un tiempo determinado en un lugar concreto y que afecta o puede afectar a un número importante de personas.
Este espacio se presenta como un recurso didáctico donde se pueden consultar aquellas enfermedades más comunes en este campo, explicadas de manera muy sencilla y centrándose en los aspectos más prácticos para el usuario o paciente demandante.
El cólera es causado por la
bacteria Vibrio cholerae. Estas bacterias secretan una toxina que causa aumento
de la cantidad de agua que liberan las células que recubren los intestinos.
Este aumento del agua produce diarrea intensa.
Las personas contraen la
infección por comer o beber agua o alimentos que contengan la bacteria del
cólera. Viajar o vivir en áreas donde el cólera está presente aumenta el riesgo
de contraerlo.
El cólera ocurre en lugares con
carencia de tratamiento del agua o de las aguas residuales, o hacinamiento,
guerra e inanición. Los lugares comunes para el cólera incluyen:
África
Algunas partes de Asia
India
Bangladesh
México
América Central y del Sur
Síntomas
Los síntomas del cólera pueden ir
de leves a graves, y pueden incluir:
Cólicos abdominales
Membranas mucosas secas o
re sequedad en la boca
Piel seca
Sed excesiva
Ojos vidriosos o hundidos
Ausencia de lágrimas
Letargo
Diuresis baja
Náuseas
Deshidratante rápida
Pulso rápido (frecuencia
cardíaca)
Fontanelas ("puntos
blandos") hundidas en los bebés
Somnolencia o cansancio inusuales
Vómitos
Diarrea acuosa que empieza
súbitamente y tiene olor a "pescado".
La rabia es una enfermedad vírica
casi siempre mortal una vez que han aparecido los síntomas clínicos. En hasta
el 99% de los casos humanos, el virus de la rabia es transmitido por perros
domésticos. La rabia afecta a animales domésticos y salvajes y se propaga a las
personas normalmente por la saliva a través de mordeduras o arañazos.
La rabia está presente en todos
los continentes, excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes
humanas se registran en Asia y África.
La rabia es una enfermedad
desatendida de poblaciones pobres y vulnerables cuyas muertes raramente se
notifican y que no disponen o no tienen fácil acceso a las vacunas humanas y a
las inmunoglobulinas. La rabia aparece sobre todo en comunidades rurales
remotas, y los niños de 5 a 14 años son víctimas frecuentes.
Síntomas
El período que existe entre la
infección y cuando uno se enferma varía entre 10 días y 7 años. Este período de
tiempo es llamado período de incubación. El tiempo promedio del período de
incubación es de 3 a 12 semanas.
Los síntomas pueden abarcar:
Babeo
Convulsiones
Sensibilidad exagerada en el
sitio de la mordedura
Excitabilidad
Pérdida de la sensibilidad en una
zona del cuerpo
Pérdida de la función muscular
Fiebre baja, 102° F (38.9° C) o
menos
Espasmos musculares
Entumecimiento y hormigueo
Dolor en el sitio de la mordedura
Inquietud
Dificultad para deglutir (las
bebidas producen espasmos de la laringe)
Tratamiento
Limpie bien la herida con agua y
jabón y busque ayuda médica profesional. Usted necesitará que un médico le
realice una limpieza minuciosa de la herida y que retire cualquier objeto
extraño. La mayoría de las veces, no se deben usar suturas (puntos) para las
heridas por mordeduras de animales.
Si hay algún riesgo de rabia, le
aplicarán una serie de vacunas preventivas. La vacuna generalmente se
administra en 5 dosis durante 28 días.
La mayoría de los pacientes
también recibe un tratamiento llamado immunoglobulina para la rabia humana
(HRIG, por sus siglas en inglés). El tratamiento se administra el día en que
ocurre la mordedura.
Llame al médico inmediatamente
después de una mordedura de animal o después de estar expuesto a animales tales
como murciélagos, zorros y mofetas, los cuales pueden portar la rabia.
La lepra es causada por la
bacteria Mycobacterium leprae. No es muy contagiosa y tiene un largo período de
incubación (tiempo antes de que aparezcan los síntomas), lo cual dificulta
saber dónde y cuándo alguien contrajo la enfermedad. Los niños son más
propensos que los adultos a contraerla.
Los expertos piensan que la
bacteria se disemina cuando una persona inhala las pequeñas gotas en el aire
liberadas cuando alguien con lepra tose o estornuda. La bacteria también se
puede transmitir por contacto con los líquidos nasales de una persona con lepra.
La lepra tiene 2 formas comunes: la tuberculoide y la lepromatosa. Ambas formas
ocasionan úlceras en la piel, pero la forma lepromatosa es más grave y produce
grandes protuberancias e hinchazones (nódulos).
La lepra es común en muchos
países del mundo y en los climas templados, tropicales y subtropicales. En los
Estados Unidos, se diagnostican aproximadamente 100 casos cada año, la mayoría
de ellos en el sur, California, Hawaii y las islas de ese país, y Guam.
La mayoría de las personas que
entran en contacto con la bacteria no desarrollan la enfermedad. Esto se debe a
que su sistema inmunitario es capaz de combatir la bacteria.
El Mycobacterium leprae
resistente a los medicamentos y el aumento del número de casos en todo el mundo
han originado una preocupación global por esta enfermedad.
Síntomas
Los síntomas incluyen:
Lesiones cutáneas que son más
claras que el color normal de la piel
Lesiones que presentan
disminución de la sensibilidad al tacto, al calor o al dolor
Lesiones que no sanan después de
algunas semanas o meses
Debilidad muscular
Entumecimiento o ausencia de
sensibilidad en manos, brazos, pies y piernas
Posibles complicaciones
Los problemas de salud que pueden
derivarse de la lepra incluyen:
Desfiguramiento
Debilidad muscular
Daño neurológico permanente en
los brazos y las piernas
Pérdida de la sensibilidad
Las personas con lepra duradera
pueden perder el uso de sus manos o pies debido a lesiones repetidas porque no
tienen sensibilidad en esas zonas.
La malaria o paludismo es causada
por un parásito que se transmite a los humanos a través de la picadura de
mosquitos anofeles infectados. Después de la infección, los parásitos (llamados
esporozoítos) viajan a través del torrente sanguíneo hasta el hígado, donde
maduran y producen otra forma, llamada merozoítos. Los parásitos ingresan en el
torrente sanguíneo e infectan a los glóbulos rojos.
Los parásitos se multiplican dentro
de los glóbulos rojos, los cuales se rompen al cabo de 48 a 72 horas,
infectando más glóbulos rojos. Los primeros síntomas se presentan por lo
general de 10 días a 4 semanas después de la infección, aunque pueden aparecer
incluso a los 8 días o hasta 1 año después de esta. Los síntomas ocurren en
ciclos de 48 a 72 horas.
La mayoría de los síntomas son
causados por:
La liberación de merozoítos en el
torrente sanguíneo
Anemia resultante de la
destrucción de glóbulos rojos
Grandes cantidades de hemoglobina
libre liberada en la circulación luego de la ruptura de los glóbulos rojos
La malaria también se puede
transmitir de la madre al feto (de manera congénita) y por transfusiones
sanguíneas. Los mosquitos en zonas de clima templado pueden portar la malaria,
pero el parásito desaparece durante el invierno.
Esta enfermedad constituye un
problema de salud mayor en gran parte de los países tropicales y subtropicales.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados
Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) calculan que cada año se presentan de
300 a 500 millones de casos de malaria y que más de un millón de personas muere
a causa de esta. Esta presenta un riesgo de enfermedad mayor para los viajeros
a climas cálidos.
En algunas regiones del mundo,
los mosquitos que transmiten la malaria han desarrollado resistencia contra los
insecticidas. Además, los parásitos han desarrollado resistencia a algunos
antibióticos. Estas afecciones han llevado a la dificultad de controlar tanto
la tasa de infección como la diseminación de la enfermedad.
Tratamiento
La malaria, en especial la
malaria por Plasmodium falciparum, es una emergencia que requiere
hospitalización. La cloroquina a menudo se utiliza como un fármaco
antipalúdico. Sin embargo, las infecciones resistentes a la cloroquina son
comunes en algunas partes del mundo.
Los posibles tratamientos para
las infecciones resistentes a la cloroquina incluyen:
Combinaciones de derivados de
artemisinina, incluso arteméter y lumefantrina.
Atovacuona-proguanil.
Tratamiento a base de quinina en
combinación con doxiciclina o clindamicina.
Mefloquina en combinación con
artesunato o doxiciclina.
La elección del fármaco depende en
parte de dónde contrajo la infección.
Se pueden necesitar cuidados
médicos, entre ellos líquidos intravenosos (IV) y otros fármacos, al igual que
asistencia respiratoria.
El dengue, también llamada fiebre rompe huesos por sus características
clínicas, es una enfermedad febril de comienzo súbito de origen vírico y
trasmitida por el mosquito Aedes aegypti Este enlace abre en ventana nueva y
con menor frecuencia por el Aedes albo ictus Este enlace abre en ventana nueva
o mosquito tigre Este enlace abre en ventana nueva. Es frecuente en zonas
tropicales de la India, Sudeste Asiático, Centro y Sudamérica, Caribe y África
central y occidental.
Diagnóstico
La clínica y los antecedentes
epidemiológicos deben orientar el diagnóstico de dengue. No obstante para
confirmarlo, han de utilizarse pruebas directas, como el aislamiento viral en
muestras sanguíneas o biopsias de adenopatías; o pruebas indirectas, más
frecuentemente, en la que se detectan anticuerpos contra el virus. La presencia
de estos anticuerpos puede deberse a una infección pasada, por lo que es
necesario un aumento de 4 veces el título de los anticuerpos para el
diagnóstico.
Es una infección viral aguda,
infecciosa, de gravedad variable y rápida evolución. El virus responsable es
del género de los flavivirus. Su nombre se debe a uno de los síntomas que la
caracteriza: la ictericia (color amarillo en piel). La fiebreamarilla se
transmite por la picadura del mosquito AEDES Aegypti. Transmite la enfermedad
entre los hombres y es el causante de las epidemias. Se tiene conocimiento de
esta dolencia desde la antigüedad.
Diagnóstico
No es fácil establecer un
diagnóstico durante las primeras fases de la enfermedad. Los síntomas pueden
coincidir con otras enfermedades febriles y confundirse con males como el
paludismo, otras fiebres hemorrágicas como el dengue, hepatitis, leptospirosis.
Las pruebas analíticas básicas mostrarán en caso de infección: disminución
anormal de las células blancas de la sangre, aumento de bilirrubina, de
transaminasas y albuminuria. Otros datos que confirman este mal son la
hipoglucemia y bradicardia.
Transmisión
El virus de la fiebre amarilla es
un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los géneros
Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos
hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el
bosque (salvajes), y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).
Hay tres tipos de ciclos de
transmisión:
Fiebre amarilla selvática: En las
selvas tropicales lluviosas, los monos, que son el principal reservorio del
virus, son picados por mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros
monos. Las personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de
mosquitos infectados y contraer la enfermedad.
Fiebre amarilla intermedia: En
este tipo de transmisión, los mosquitos semidomésticos (que se crían en la
selva y cerca de las casas) infectan tanto a los monos como al hombre. El
aumento de los contactos entre las personas y los mosquitos infectados aumenta
la transmisión, y puede haber brotes simultáneamente en muchos pueblos distintos
de una zona. Este es el tipo de brote más frecuente en África.
Fiebre amarilla urbana: Las
grandes epidemias se producen cuando las personas infectadas introducen el
virus en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría
de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas
condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a
otra.